jueves, 24 de octubre de 2013

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Reflexiones de una de las víctimas
Al menos ocho personas reconocen haber sido abusadas por el cura pedófilo Ricardo Giménez
  
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BERISSO, Septiembre 18 (www.BerissoCiudad.com.arJulieta Añazco, una de las víctimas de abuso de Ricardo Giménez, el cura párroco que cumplió funciones en ciudades como La Plata, Magdalena, Berisso y en todas habría cometido el mismo delito, dialogó con BerissoCiudad respecto de la sorpresa que significó encontrarlo dando misa en la parroquia del Hospital San Juan de Dios.

“Parece una película todo lo que sucedió. En mi caso pude contar lo que me había pasado recién a los 18 años, en 1990. Mis padres inmediatamente fueron a hablar con una jueza de La Plata que les dijo que tenían hasta cinco años para denunciar y lo mío había ocurrido hacía ocho”, comenzó relatando.

“No es normal recibir abuso de nadie, pero un sacerdote para un niño es lo más cercano a dios. Pero hice 23 años de terapia y nunca hablé de eso en las sesiones, no pude y lo olvidé. Hace unos meses fui abuela, quizás fue el disparador para que recordara lo sucedido y me hiciera cargo”, consideró.

Y prosiguió: “lo busqué por internet, encontré todos sus datos y descubrí que seguía dando misas. Asimismo me contacté con una mamá de Magdalena que me dijo que el cura había estado en Berisso, alrededor de 1998, donde también había recibido una denuncia”.

“He encontrado siete personas más que padecieron lo mismo que yo, algunas con tratamiento psicológico y psiquiátrico por eso, intento de suicidio, yo también a los 24 pensé en matarme. Hay chicas de más de 30 años que fueron abusadas a la edad de 4 y su familia aún no lo sabe. Otra, luego de leer las declaraciones de una víctima comenzó a recordar que había sufrido los mismos abusos”, expuso.

Luego, explicó: “es difícil salir a decirlo pero yo quiero hacer justicia, aunque nuestra causa estaría prescripta, en la fiscalía me dijeron que tengo la posibilidad de denunciarlo, así que el jueves me tomarán la declaración, será un paso muy importante”.

“Cuando me enteré que vivía frente a una cancha de fútbol infantil me puse peor, me sentí con mucha impotencia y desde hace dos meses que quería ir al barrio a avisar a los vecinos, porque también tengo entendido que en 1996 cuando lo detienen fue en ese barrio pero como fue un operativo tapado, los vecinos ni se enteraron”, comentó.

“Por lo tanto, fuimos a hacerle un escrache pero la intención no era romperle los vidrios, simplemente queríamos que los vecinos supieran quién es esta persona, que viva allí desde hace muchos años. Ahora continuaremos con la curia, intentando llegar al papa”, finalizó diciendo Añazco.  (www.BerissoCiudad.com.ar)
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