jueves, 24 de octubre de 2013

http://1seprin.com/2013/09/18/los-hornos-escrache-frente-a-la-casa-de-un-cura-condenado-por-abusos/

Los Hornos: escrache frente a la casa de un cura condenado por abusos



POLICIAL — BY  ON SEPTIEMBRE 18, 2013 AT 11:14 
abusadorEntre los manifestantes estuvieron algunas de las víctimas del sacerdote. Pidieron que no dé más misa y que lo excomulguen. También que se revoque la excarcelación. Indignación
Un grupo de mujeres que fueron víctimas de abuso por parte del sacerdote Ricardo Giménez, realizaron ayer un escrache en el domicilio del clérigo, ubicado en Los Hornos.
Giménez había sido condenado por el abuso de cinco menores en 1996, pero luego la Cámara Penal de Apelaciones de La Plata le concedió la excarcelación extraordinaria bajo caución juratoria.
Desde entonces, el cura estuvo en una capilla de Berisso, luego pasó a la del Hospital Italiano de La Plata y, más tarde, recaló en la del Hospital San Juan de Dios, donde se desempeña actualmente.
Durante el escrache, del que participaron diferentes organizaciones como Las Rojas, la Casa de la Mujer Azucena Villaflor, Pan y Rosas, y La Unión por los Derechos Humanos, se pidió que el sacerdote “no dé más misa”, que “se le revoque el beneficio de la excarcelación” y que “se haga justicia”.
La impulsora del escrache fue Julieta Añazco, una de las víctimas del cura, quien explicó que “queremos que sus vecinos se enteren de quién es. Nos preocupan los niños que están cerca de él, ya que vive frente a una canchita de fútbol infantil”.
Relató que entre 1979 y 1981 el cura Giménez, encargado de la Iglesia de Gonnet Madre de la Divina Gracia, “organizaba unos campamentos de verano en Bavio que duraban 15 días” y agregó que “yo tenía entre 7 y 10 años cuando participé junto a unas amiguitas del barrio”.
“El era el único adulto responsable que estaba con nosotras y los demás chicos en el medio del campo. Nos miraba cuando nos bañábamos y nos enjabonaba”, prosiguió y añadió que “a la noche se metía en nuestras carpas”.
Julieta aseguró que recién a sus 18 pudo contarles a sus padres sobre los abusos, por lo que cuando acudieron a la Justicia, el caso ya había prescripto. “Sólo me quedó hacer terapia por el resto de mi vida”, graficó. Tras el nacimiento de su nieto, hace pocos meses, “dejé de estar anestesiada: pude despertar, recordar y sacar”, contó.
“Pido que lo excomulguen y que sea juzgado como una persona común y corriente, porque es un hombre”, concluyó Añazco.
Fuente: Diario Hoy
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