jueves, 9 de julio de 2015

Piden a la Justicia que dicte el sobreseimiento de Ilarraz

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ABUSOS EN EL SEMINARIO. El defensor del cura tildó de “nulo” el testimonio de Karlic

Piden a la Justicia que dicte el sobreseimiento de Ilarraz 

“El padre Ilarraz manifestó ante mí su reconocimiento de los hechos y pidió perdón”, dice el testimonio del cardenal Karlic en la causa que investiga los abusos en el Seminario de Paraná. En tanto, Puiggari aseguró que recién tomó “conocimiento de la sanción aplicada” en oportunidad de haber remitido las actuaciones a la Justicia. El rezo frente al edificio de Tribunales.
Miercoles 8 de Julio de 2015 Hs.
El abogado Juan Ángel Fornerón pidió que la Justicia dicte el sobreseimiento del cura Justo José Ilarraz en la causa penal que investiga los abusos ocurridos en el Seminario Arquidiocesano de Paraná. 
Ilarraz enfrenta una causa penal, caratulada “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, en la que siete víctimas lo acusan de haber abusado de ellos cuando eran adolescentes y cursaban la secundaria como pupilos en el Seminario de Paraná. 
Los hechos, según el sólido relato de las víctimas, ocurrieron entre 1985 y 1993, cuando Ilarraz ejerció los cargos de administrador, prefecto de disciplina y director espiritual en el Seminario. La causa penal, que se inició en septiembre de 2012, está ahora en manos de la titular del Juzgado de Transición Nº 2, Susana María Paola Firpo, que debe resolver la situación procesal del cura. 
Luego de la indagatoria del cura, está corriendo el plazo de 10 días para que la magistrada resuelva la situación del cura, y hay tres caminos posibles: dictar la falta de mérito, sobreseerlo o procesarlo. El defensor ya pidió el sobreseimiento, aunque antes el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull había requerido el procesamiento de Ilarraz. 
ARGUMENTOS. La causa contra el cura Ilarraz no sólo suma el testimonio de las víctimas, sino la declaración de varios testigos, sacerdotes y exseminaristas, y un aporte clave: el escrito que presentó el cardenal Estanislao Esteban Karlic, exarzobispo de Paraná, que fue quien primero se anotició de los abusos, en 1995, y por eso ordenó una investigación diocesana. 
La declaración de Karlic fue revelada por EL DIARIO en su edición del 21 de junio último. El cardenal dijo en la Justicia: “No recuerdo en detalle. En principio, los negaba absolutamente (los abusos). Más tarde, admitió su responsabilidad y pidió perdón”. Y añadió también: “El padre Ilarraz manifestó ante mí su reconocimiento de los hechos, y pidió perdón”. 
Pero fue más allá y aseguró que “al presbítero Ilarraz se le puso como pena la prohibición de estar en el territorio de la arquidiócesis, ejercer el ministerio en ella y tener contacto con los seminaristas. Esta medida se tomó como consecuencia de que se dieron por acreditados los hechos denunciados, que fueron además admitidos por el presbítero Ilarraz ante mí y de los cuales me expresó su arrepentimiento”. 
Pero el defensor del cura, que desde 2004 está incardinado en la diócesis de Concepción, Tucumán, al ser expulsado por Karlic en 1996, sostiene que ese testimonio del cardenal Karlic es “nulo”. Y argumentó que el exarzobispo testimonió sin conocer la totalidad de los hechos que investiga la Justicia. Además, que aquel juicio diocesano que ordenó Karlic tampoco es válido porque nunca se comunicó a Ilarraz de su tramitación.
A la vez, asegura que no hubo “sanción” a Ilarraz, que sólo se tomó una medida cautelar al prohibírsele volver a la diócesis hasta tanto Roma resuelva sobre las actuaciones que Karlic envió desde Paraná. En Roma, claro, nunca resolvieron nada que oficialmente se sepa. 
Aunque el defensor consideró en cambio como válida la pericia psiquiátrica a la que fue sometido Ilarraz en Roma. El examen hecho al cura Ilarraz, a cargo del médico cirujano y psiquiatra forense Francesco Raimondo, tuvo lugar el 11 de abril de 1996, en Roma, y continuó los días 9 de mayo, 21 de mayo, 28 de mayo, 5 de junio, 24 de septiembre y 28 de noviembre. 
El estudio lo definió como “un sujeto caracterizado por disturbios de naturaleza neurótica de modesta entidad, que se manifiestan en particular en el área afectiva, sin peculiares interferencias sobre el área intelectiva”. 
También el defensor invalida los testimonios de cada una de las víctimas, y de otro testigo clave, el cura Leonardo Tovar. 
LA SANCIÓN. Pero si no basta el testimonio de Karlic, el expediente de la causa Ilarraz también tiene incorporada la declaración, por escrito, del actual arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari. 
“Recién tomo conocimiento de la sanción aplicada –a Ilarraz—en oportunidad de haber remitido las actuaciones al Juzgado de Instrucción; en dichas actuaciones obra decreto que dispuso la sanción al padre Justo Ilarraz”, declaró Puiggari. 
El arzobispo dijo en la Justicia que “ayudó” para que se iniciara la investigación en la Justicia. “Desde el primer momento ofrecí toda la ayuda que podía darle (a una de las víctimas, NdelR), incluso el acompañamiento profesional terapéutico, tuve encuentros personales siempre tratando de acompañar con cercanía humana, paternal y espiritual. Después de la denuncia judicial, lamentablemente se interrumpieron los contactos”, abundó. 
Aunque Puiggari puso distancia de la investigación interna que hubo en la Iglesia, que comandó Karlic. Dijo que no tuvo “ningún conocimiento de las actuaciones hasta que, la hacerme cargo del arzobispado de Paraná, me interioricé de las actuaciones que fueron remitidas” a la Justicia. “No conozco cómo se llevó a cabo el procedimiento, ni las conclusiones ni las sanciones adoptadas sino hasta que tomé conocimiento de las actuaciones a mi llegada a Paraná y ante el requerimiento judicial”, agregó. 

Un rezo contra los silencios
 
El cura Leonardo Tovar se imaginó en otra vida, y se imaginó un diálogo así: 
-Cuando yo llegue al cielo, o al juicio, y el Señor me diga dónde está tu hermano, qué hiciste de tu hermano, al menos en este tema, en esta causa, yo le voy a poder contestar que hice lo que pude. Así que el objetivo fue cumplido. 
Tovar estuvo ayer durante dos horas rezando frente al edificio de Tribunales, y por dos motivos: por las víctimas de abuso del cura Justo José Ilarraz, y para que la jueza Susana María Paola Firpo le imprima celeridad a la causa penal que tiene entre manos, y que debe resolver. 
Pensó que sería él solo, y después se sorprendió con la convocatoria. “No importa el número. Al lado de la cruz de Jesús, estaba la madre y dos más. Acá fuimos un poco más de tres”, se tranquilizó. “Donde dos o más se reúnen en mi nombre, yo estoy en medio, dice el Señor, así que yo estoy muy satisfecho. Ojalá esto toque el corazón, porque lo hicimos en paz, no por presionar. Que esto toque el corazón de la jueza Firpo, que nos dé una respuesta antes de la feria, ojalá, y que no lo tome, de corazón se lo digo, como una presión, estamos angustiados, estamos ansiosos. No queremos que se dilate más esto, que se resuelva la causa. Eso pedimos. Creo que el objetivo fue cumplido”, dijo. 
Pero enseguida cayó en la cuenta que no todos entenderán la acción. “Creo que hay hermanos que no lo han entendido, que creen que es contra la Iglesia –aseguró--, y les quiero aclarar a esos hermanos que los que fueron abusados por hombres de la Iglesia, también son iglesia. Que se ultrajó el templo sagrado del Espíritu Santo en nombre de Dios. Y que esto no es división”. 
Luego se refirió a las declaraciones del arzobispo Juan Alberto Puiggari a la FM Corazón, la emisora de la curia, en la que pidió que el caso Ilarraz no se mediatice. Al respecto, Tovar aseveró: “El obispo salió a decir que había que hacer silencio. No se dijo lo mismo cuando tuvimos que marchar contra la ley de matrimonio igualitario, no se dijo lo mismo cuando tuvimos que marchar contra la ley del aborto, y yo marché, porque estoy de acuerdo que no tienen que salir esas leyes. ¿Esto no es dignidad humana, no es defensa de la dignidad humana?”. 
Tovar destacó el accionar del padre José Dumoulín, párroco de la Iglesia Santa Rosa de Lima, de Villaguay, quien recibió la denuncia de las víctimas de abuso “y fue acorde con lo que pide el Papa Francisco y los acompañó a la Justicia y los sigue acompañando”. 
Por su parte, el padre Pepe Dumoulín, estuvo ayer en Paraná, e indicó que esta manifestación “es muy importante para la sociedad y para la justicia. Acompañamos y nos solidarizamos con quienes han padecido el abuso, fundamentalmente los más cercanos a nosotros, como han sido los denunciados ante la justicia, los casos Ilarraz y Moya”. 
A su turno, el excura Gustavo Mendoza, presente también en Tribunales, señaló: “A mí me parece que los que amamos a la Iglesia, queremos una Iglesia transparente, sincera. Esa es la intención del padre Leo. Nosotros nos vemos reflejado en eso y por eso acompañamos. Tuve la desgracia de conocerlo al padre Justo. Muchas de las víctimas fueron compañeros míos, conocidos, amigos, así que me toca de cerca”, amplió.

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